Hace mucho tiempo en un lejano y desconocido pueblo vivía con su madre y
su hermano mayor Juana, una niña muy alegre y aventurera.
La pequeña Juana tenía un cachorro, el era de color blanco y ojos
grises.
Una tarde Juana salió con su cachorro, y éste corrió y corrió hasta
adentrarse en el bosque, Juana por más rápido que corrió no logró alcanzarlo,
pero aún así siguió buscándolo. Ella se adentró mucho al bosque. Y se perdió,
triste y con frío entró a una cueva donde encontró a su cachorro, el frío y la
tristeza pasó. Pero ahora debían pensar cómo llegar de nuevo a su casa con el
cachorro.
Juana y su cachorro caminaron y caminaron pero no encontraban ningún
camino de regreso a su casa. Cuando de repente Juana escuchó una risa y corrió
hacía ella, pero no halló de donde provenía; y sin saber como ella y su
cachorro cayeron en un túnel y llegaron a un raro lugar, donde había una
tortuga con alas de hada; Juana se sorprendió pero en ningún momento tuvo
miedo.
La tortuga, Juana y su cachorro jugaron mucho tiempo hasta que cayó la
noche y Juana se quedó dormida junto al cachorro, cuando amaneció ella estaba
al lado del río que quedaba cerca de su casa, y escuchó la voz de su madre y su
hermano felices de haberla encontrado; Juana encontró una carta que decía: -
Gracias por la tarde tan maravillosa, podrás venir cuando desees. Juana se
emocionó y se fue a casa con su cachorro, su hermano y su madre. Juana desde
esa tarde todos los días se adentra en el bosque, cierra los ojos y abraza a su
cachorro deseando ir a donde la tortuga, y se transporta a ese divertido y
emocionante tubo, para poder llegar a ese mundo mágico y especial a visitar a
su amiga la tortuga.
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